A lo largo de decenas de ciudades brasileñas se registran protestas de sindicatos, partidos de la oposición y movimientos sociales contra la reforma del sistema de pensiones que propone el Gobierno del presidente Michel Temer, así como la intervención en la Seguridad pública de Río de Janeiro con las fuerzas armadas.

El Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y sindicatos como la Central Única de Trabajadores (CUT) organizaron cortes de carreteras y bloqueos en terminales de transporte, sobre todo en Sao Paulo: en este estado no hay servicio de transporte en Santo André, Sao Bernardo do Campo y Guarulhos, por un piquete en la Vía Dutra, la autopista que une Sao Paulo con Río de Janeiro.

A lo largo de la jornada además se deberá votar en el Congreso el decreto que lanzó el mandatario para internvenir la seguridad pública de Rio de janeiro, luego de una fuerte ola de violencia, en el marco de las desigualdades que genera el modelo de Temer. 

Brasil: este lunes por la noche votan decreto de intervención militar


La propuesta gubernamental implica establecer por primera vez una edad mínima de jubilación (65 años para los hombres y 62 para las mujeres), y eleva el número de años de cotización necesarios para cobrar la pensión completa, lo que viene causando protestas desde hace casi un año. Actualmente, la ley permite a las mujeres jubilarse con 30 años de aportes y a los hombres con 35 sin que exista ningún límite de edad.

Las fábricas estuvieron paralizadas en la región del ABC Paulista en las plantes más importantes como VolksWagen, Mercedes, Ford y Toyota en conconancia con el Sindicato de los Metalúrgicos.

Los choferes de colectivos desoyeron a la dirigencia de su sindicato -las autoridades habían rechazado la huelga votada en asamblea por los trabajadores- y se sumaron a los bancarios y petroleros repartiendo volantes sobre la huelga general contra la Reforma Previsional.

Trabajadores paran y se movilizan en Brasil contra la reforma jubilatoria y la intervención militar

La reacción popular también apunta contra la intervención militar ordenada por Temer en las calles de Río de Janeiro con la excusa de acabar con la violencia: para que la medida pueda mantener su vigencia, necesita que los diputados la ratifiquen por mayoría simple, es decir, la venia de 256 votos para después pasar al Senado, donde la voluntad del ejecutivo tiene asegurada su aprobación.

Si el decreto resulta aprobado, la intervención militar permanecerá vigente hasta el próximo 31 de diciembre. Para los sindicalistas, se trata de una estrategia de presión y de hostigamiento contra la oposición y las manifestaciones populares, e intentar imponer la reforma jubilatoria sin los votos necesarios.