Oskar Groening (Gröning), exmiembro de las SS hitlerianas, sirvió en el campo de exterminio nazi de Auschwitz entre 1942 y 1944, y fue declarado culpable de complicidad en 2015 además de ser sentenciado a cuatro años de cárcel, a pesar de su avanzada edad. 

El portavoz de la fiscalía de Hannover, Oliver Eisenhauer, reconoció haber sido informado de la muerte de por el abogado del genocida. "Lo único que tenemos es una carta de su abogado según la cual habría fallecido", declaró Eisenhauer, quien aseguró "no disponer todavía" de un certificado de fallecimiento, que debe ser entregado por el Ayuntamiento a las autoridades judiciales y cuya emisión puede tardar unos días.

Durante el juicio, había pedido perdón y reconocido una "falta moral" por su papel de "contador" del campo de exterminio nazi de Auschwitz.

A finales de 2017, la justicia alemana ordenó el encarcelamiento de Groening que intentó en vano lograr acceder al beneficio de la prisión domiciliaria dada su avanzada edad. Sin embargo, el Tribunal Constitucional no accedió; como si ocurrió en nuestro país con el genocida Miguel Etchelotaz. 

El proceso contra Groening duró cuatro meses en los que  “El contador” admitió su "complicidad moral" en las muertes de Auschwitz. 

Durante su proceso pidió perdón a los supervivientes y familiares de las víctimas, además de lamentar no haber actuado en consecuencia ante unos crímenes de los que, dijo, fue perfectamente consciente.

El hombre conocido como el "contador de Auschwitz", quien en 2015 se convirtió en uno de los últimos hombres en ser condenado por el genocidio nazi contra los judíos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, falleció a los 96 años, reportó el lunes la revista Der Spiegel.
Oskar Groening fue sentenciado a cuatro años de prisión por su rol en el asesinato de 300.000 del casi 1 millón de víctimas del campo de concentración de Auschwitz. Estaba hospitalizado cuando murió y todavía no había comenzado a cumplir su sentencia.
Spiegel dijo que Groening murió el viernes pero las autoridades de la prisión todavía no recibieron un certificado de fallecimiento. Nunca participó directamente en las matanzas pero contó el dinero de las víctimas cuando llegaban al campo.
En una batalla legal en 2015 vista como uno de los mayores juicios del Holocausto de los últimos tiempos, los fiscales dijeron que a pesar de que Groening no mató a nadie mientras trabajaba en Auschwitz, en la ocupada Polonia, ayudó apoyando al régimen responsable de los asesinatos masivos al clasificar el dinero incautado de los judíos capturados.
Groening, quien admitió ser moralmente culpable, dijo que era un nazi entusiasta cuando fue enviado a trabajar a Auschwitz en 1942, cuando tenía 21 años.
El hombre cobró notoriedad en 2005 tras dar entrevistas sobre su trabajo en el campo, en un intento por persuadir a quienes niegan el Holocausto de que el genocidio había tenido lugar.
Unos 6 millones de judíos fueron asesinados durante el Holocausto liderado por Adolf Hitler. (Reporte de Thomas Escritt. Editado en español por Javier Leira)

La condena a cuatro años de cárcel superó la petición de la Fiscalía -que había solicitado tres años y medio-, mientras que la defensa pedía la absolución del acusado, quien asistió al proceso auxiliado por un andador.

Gröning había ingresado a los 20 años en las Waffen-SS, en 1941, y un año después empezó a servir en Auschwitz; según la sentencia, con su trabajo en el campo contribuyó también a financiar al III Reich, ya que se encargaba de hacer transferencias a Berlín.

La acusación se centró en su papel en la llamada "Operación Hungría", de mediados de 1944, cuando llegaron a Auschwitz alrededor de 450.000 judíos, de los cuales unos 300.000 murieron asesinados.

Su procesamiento fue posible a raíz del precedente marcado por el caso del ucraniano John Demjanjuk, quien en 2011 fue condenado a cinco años de cárcel por complicidad en las muertes del campo de exterminio de Sobibor, también de la Polonia ocupada.

A diferencia del citado Demjanjuk, quien se mantuvo en silencio durante todo el juicio, Gröning ofreció amplias declaraciones sobre el día a día de Auschwitz y su papel en la burocratizada maquinaria de exterminio.

A Gröning, quien tras la caída del nazismo pasó por un campo de internamiento británico y luego volvió a la vida civil como contador en una fábrica de vidrio, se le había abierto sumario en 1977, pero quedó sobreseído en 1988.

Su juicio en Lüneburg estuvo marcado por frecuentes interrupciones por enfermedad del procesado, lo mismo que había ocurrido con el de Demjanjuk, quien murió unos meses después de escuchar sentencia en un hospital de ancianos.