Las 66 personas (60 pasajeros y seis tripulantes) que viajaban en un avión de la compañía iraní Aseman Airlines, que cubría la ruta entre Teherán y Yasuj, fallecieron este domingo al estrellarse cerca de la ciudad de Semirom, centro-oeste de Irán.

El avión, que todavía no ha sido encontrado, desapareció de los radares y así estuvo durante 50 minutos con la presencia de los 60 pasajeros y de dos azafatas, dos guardias de seguridad y dos pilotos.

El gobernador del distrito de Boyer Ahmad, cuya capital es Yasuj, aseguró que un helicóptero de rescate intentó llegar a la escena del accidente pero no pudo aterrizar debido a las condiciones meteorológicas.

Los servicios de Emergencia, entre ellos los de la Media Luna Roja, han conseguido aproximarse al lugar del siniestro, una zona montañosa de difícil acceso.

En ese sentido, todo apunta a que el accidente estuvo causado por la climatología, en concreto por la niebla y el viento registrados en esa región.