Las púas metálicas tienen cinco centímetros de altura y están instaladas en algunos edificios de lujo del centro de Londres. El hecho generó un fuerte debate sobre los vagabundos y la discriminación.

Las planchas de púas colocadas en las entradas de varios edificios ubicados en la margen izquierda del río Támesis, en el barrio de Southwark , servían originalmente para ahuyentar a las palomas. Las mismas se implementaron en las veredas o entradas en los edificios y recibieron el repudio de las autoridades.

El alcalde de la capital británica, Boris Johnson, mostró su indignación: "Las púas instaladas en los bloques de pisos de lujo para ahuyentar a los mendigos es una idea fea, contraproducente y estúpida. Exijo que los responsables los retiren con la mayor brevedad", tuiteó en su cuenta.

Los propietarios de dichas viviendas culpan al gobierno británico por la crisis habitacional y el aumento de un 75% de gente sin techo.

Por su parte el secretario de Estado de Vivienda, Kris Hopkins, calificó de "deplorable y muy desagradable" la instalación de las púas y pidió que se retiren "lo antes posible".