El estadio Luna Park tiene una capacidad máximo de 8400 localidades pero por cómo se había dispuesto el escenario se calcula que había unos 7000 lugares disponibles que, a las claras, no pudieron llenar ni siquiera regalando las entradas.

Las imágenes son más que elocuentes y muestran el momento en el que el mandatario hacía una especie de tertulia con su vocero y el sumiso diputado José Luis Espert, cuando la cámara hizo un paneo por las plateas quedó en claro que la concurrencia estaba lejos de lo esperado.

Tal vez se debe a que el libro que presentaba ya tiene denuncias de plagio, tal vez son pocos los que lo querían escuchar hablando de economistas que nadie conoce como si fueran una especie de semidioses o lo que los espantó fue la posibilidad de escuchar al Presidente cantando y haciendo un papelón.

Lo cierto es que el Luna estuvo lejos de estar lleno, a pesar de lo que digan los libertarios fanáticos.