Julián Assange, que cumplió dos años de asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, denunció que le "aplicaron electricidad en las canillas" mientras estuvo "detenido sin cargos" cinco días en una "horrible prisión británica", en "muy malas" condiciones de salud.

Según el refugiado, solo pudo abandonar su sitio de detención gracias a la "protección" que encontró en la embajada ecuatoriana, desde donde se dirigió al mundo junto al canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, que participó por videoconferencia.

El periodista australiano, quien debido al continuo cautiverio desde su detención en Londres en noviembre de 2010 y por razones de seguridad, no ha visto a sus hijos "en cuatro años", denunció también que su familia, incluida su madre, "han recibido amenazas de muerte".

No obstante, dijo sentirse "orgulloso por mantener las promesas que hice a mis hijas, a mi familia de nunca rendirme ante la presión, a pesar de estas condiciones y a pesar de tener un bloqueo financiero similar al que sufre Cuba".

También elogió al gobierno ecuatoriano, que "no se rindió a las presiones internacionales a las que se ve abocado por otorgarme asilo", dijo, "gracias a que tiene un legado, una tradición de defender los derechos humanos que ha proclamado por el mundo".

El 19 de junio de 2012, Assange, con residencia en el Reino Unido, se refugió en la sede diplomática de Ecuador en Londres, argumentando que su país natal lo había dejado indefenso, por lo que temía su extradición a Suecia, donde se lo acusa de delitos sexuales que él niega.