El "novedoso invento" está patentado por la empresa Protecht y se trata de una manta que protegería a niños ante posible balaceras en los colegios o en caso de un tornado. La "super manta" que resiste la caida de escombros, escopetazos y  balas de  9 y 22  milímetros empezó a ganar adeptos en algunas escuelas en Estados Unidos.

La compañía fabricante de estos "escudos" se encuentra en Oklahoma y asegura que ya empezó a usarse en algunos colegios que sufrieron un ataque al interior de sus instalaciones.

Las mantas están hechas con un plástico de alta densidad, que suele utilizarse en la protección contra proyectiles.  Steve Walker es el ideólogo de esta manta que surgió a partir de que un fuerte tornado matara a 24 personas en la ciudad de Moore por falta de refugios.

Con la compra de la manta, que tiene unas cintas para que los usuarios la utilicen como una mochila, resultan ligeras y vienen con instrucciones de uso que permiten colocarlas encima del cuerpo en cuestión de segundos.

Si bien se trata de un paliativo, y es admirable que pueda salvar la vida humana ante desastres naturales, resulta un tanto ridículo que se sugiera como política de estado para niños que van a la escuela tengan que usar un "escudo" para protegerse de posibles balaceras.

Una manta claramente no tapa los problemas de una sociedad violenta y armada.