El creciente número de inmigrantes que pretenden llegar a Europa y fallecen en el intento fue el principal motivo de esta innovadora forma de protesta.

"En memoria de los centenares de niños que mueren cada día a causa de la atroz apatía de la UE y de Turquía, sobre lo que pasa en el mar Egeo", explicaron desde el Larissa.

El juez dio por comenzado el partido y los jugadores sólo atinaron a mover el balón, cuando al unísono, los 22 protagonistas se sentaron en pleno campo de juego y, durante dos minutos, nada ocurrió. 

Envueltos en un aplauso unánime desde los cuatro costados, los jugadores retomaron sus posiciones luego de esos dos minutos y el partido transcurrió sin problemas.