Tras el 1-0 de la Celeste sobre Perú, Infantino bajó al vestuario del combinado ganador y recibió, de manos de Luis Suárez, una camiseta de la selección uruguaya firmada por el plantel.

El presidente de la FIFA pisó suelo uruguayo sobre el mediodía del martes y tuvo una jornada extensa e intensa que se cerró con lo que, según él, más le gusta; mirando fútbol.

Visitó los estadios de Peñarol y Nacional, conoció el Museo del Fútbol y allí mismo dio una conferencia de prensa en la que fue claro; le gustaría hablar más del juego que de corrupción, aunque sabe que hay una imagen devaluada de la dirigencia futbolera y confía en recuperarla.

El hecho de estar acompañado por dos grandísimos ex futbolistas como el español Fernando Hierro y el brasileño Cafú ya marca una diferencia con la “vieja guardia”. Los otrora directivos de la FIFA solían viajar con un séquito de desconocidos de altos sueldos, pero éste no fue el caso.

Luego de su paso por el Museo del Fútbol, Infantino concurrió a la sede de la AUF, donde hubo una asamblea extraordinaria solemne de clubes. De allí partió al Centenario, donde se lo vio rodeado de autoridades nacionales, municipales y de la AUF, pero siempre sonriente y dispuesto a sacarse fotos con quienes así lo solicitaron.