Según un artículo publicado en la revista 'Cell', investigadores estadounidenses aseguran que las infecciones bacterianas se curan con mayor exactitud reforzando la alimentación que ayudando. Sostienen que la fuente principal de energía para las células, la glucosa, influye en los procesos inflamatorios de manera diferente en función del tipo de enfermedad.

Para identificar si es o no aconsejable restringir el consumo de alimentos durante una enfermedad, el inmunólogo Ruslán Medzhitov y sus colegas de la Universidad de Yale (EE.UU.) hicieron una serie de pruebas con ratones de laboratorio contaminados con la bacteria 'Listeria monocytogenes' y con el virus gripal A/WSN/33.

Los ratones contaminados con el virus de la gripe mostraron que una alimentación reforzada, sobre todo con glucosa pura, reducía el índice de mortalidad, mientras que el uso de 2DG aumentó el número de fallecimientos. Pruebas adicionales evidencian que una elevada cantidad de glucosa estimula el funcionamiento de los órganos que coordinan la reacción del organismo contra los efectos del virus.

Aunque perder el apetito es una reacción común durante las enfermedades bacterianas o virales, sus implicaciones dependen del tipo de dolor. Teniendo en cuenta que la adaptación celular y los programas metabólicos son semejantes en los organismos de ratones y humanos, las conclusiones del estudio podrían tener implicaciones clínicas.