Tras las inundaciones en el Litoral Concordia, que provocó más de 20.000 evacuados y 3 personas fallecidas, Mauricio Macri, a dos semanas de asumir, se fue de vacaciones a las tierras de un empresario amigo, en Villa la Angostura.

Por su parte, la vicepresidenta Gabriela Michetti, que se encuentra a cargo del Gobierno, en un principio negó ayuda por parte del Estado alegando que no tienen plata, y pidió donaciones para su ONG (Organización No Gubernamental), Fundación SUMA, que ella preside junto a ministros y funcionarios de Cambiemos.

Federico Pinedo, actual senador nacional por Cambiemos, es el Secretario; Silvana Giudici, legisladora porteña por el PRO, es la Tesorera; mientras que Hernán Lombardi, flamante titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Guillermo Montenegro, nuevo embajador en Uruguay, y Rogelio Frigerio, el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, son vocales.

Esta brutal contradicción no es tal en la lógica PRO, donde el Estado debe ser chico y en manos de los CEOs y las medidas que debe tomar un Gobierno se trasladan a ONGs. Lo paradójico, es que en todos los casos son las mismas personas. Esta hipocresía tuvo se eco en las redes sociales, mientras las víctimas siguen esperando que la ayuda de un Estado que ya no existe como tal.

La Fundación SUMA cuenta con el apoyo de privados de la talla de los bancos Comafi, HSBC, Galicia, Macro, Hipotecario y Santander Río, o las empresas Aeropuertos Argentina 2000, Café Martínez, Campari, Cardon, Chungo, Garbarino, L'Oréal, Microsoft y OCA, entre otras. En el 2014, la fundación tuvo donaciones de empresas por casi $600.000.