Como se sabe, el macrismo porteño modificó el texto de la ley para intentar destrabar la adjudicación de la nueva concesión del servicio de grúas, con la utilización de eufemismos para evadir a la Justicio y los reclamos vecinales.

La intención es extender el estacionamiento medido al 45 por ciento de las calles de la Ciudad, llevando los parquímetros de los actuales 4.000 actuales a 86.768, y favoreciendo a empresas de grúas con la entrega de predios públicos, según denunció la ONG porteña que había logrado frenar la iniciativa.

En la Ciudad de Buenos Aires, el negocio de las grúas lo manejan dos únicas compañías: Dakota SA y BRD SAICFI, que se reparten el territorio porteño como cotos de caza. Son "las mismas empresas que estafaron a la Ciudad durante estos últimos 20 años (y ahora) buscan ampliar la estafa con los bolsillos del usuario", acotó el legislador Sergio Abrevaya (GEN).

La concesión de grúas para acarreo y la explotación de los parquímetros porteños están vencidas desde hace 17 años, pero ambas empresas son beneficiadas sistemáticamente por prórrogas otorgadas por los sucesivos gobiernos de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.

El dueño de Dakota es el empresario paraguayo Reinaldo Niella, quien tiene  el negocio de los cepos y las grúas en Capital desde 1997, gracias a la adjudicación del entonces intendente Carlos Grosso.

El titular de BRD es Ricardo Chiantore (h), quien tomó la posta de su padre, José Ricardo Chiantore, también muy cercano al expresidente Carlos Menem y allegado a amigos íntimos de Alfredo Yabrán.

Se trata de compañías que operan sin contrato desde 2001 y tienen fuertes vinculaciones políticas. Por otro lado, sus dueños ganan millones y pagan un canon irrisorio porque, encima, la Ciudad paga el salario de los empleados.