Un hombre de 50 años fue hallado sin vida en el partido de Zárate tras haber sido alcanzado por una descarga, según informó la policía. La víctima, que fue identificada como José Eduardo Araneta, vivía en el barrio El Cazador de Escobar y se dedicaba a la crianza de ganado vacuno. Cuando recibió la descarga, se encontraba en un campo que alquilaba cerca de un bañado del Río Luján. El caballo que montaba también falleció. En cambio, un amigo que estaba a unos 30 metros de él resultó ileso.

La causa quedó caratulada como "Averiguación causal de muerte" e interviene la UFI 1 con asiento en Escobar. “El personal policial perteneciente al Destacamento El Cazador fue alertado del hecho por una llamada al 911”, reportó la fuerza.

Este trágico hecho se suma a lo sucedido en Rosario cuando un rayo provocó heridas en ocho personas mientras jugaban un partido de fútbol en la zona oeste de la ciudad. El incidente se produjo en el campo de deportes de Centro Educativo San Francisco Solano, ubicado en Mendoza al 8100.

Según informó el director de Defensa Civil de Rosario, Gonzalo Retner, dos de los heridos sufrieron quemaduras de consideración y que fueron derivados al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA).

"Las dos víctimas más comprometidas fueron atendidas rápidamente. Una recuperó el conocimiento en el hospital y la otra tuvo quemaduras en la espalda", indicó el funcionario a medios locales.

Fabián, encargado del mantenimiento en el predio, relató ante la prensa que el rayo los tomó por sorpresa: “Fue antes de que empiece a llover. No lo esperaba nadie, porque no se veía que fuera a caer lo que haya caído”. Además, comentó que el se encontraba en el buffet, y que luego del estruendo, salió y vio que había una decena de jugadores tirados en el suelo. “Ahí empezó la desesperación”, relató. Y precisó que los afectados tenían lastimaduras, las piernas adormecidas y estaban aturdidos.

El testigo, que se encontraba en el buffet, comentó que luego de escuchar el estruendo, salió y vio que había una decena de jugadores tirados en el suelo. “Ahí empezó la desesperación”, relató. Y precisó que los afectados tenían lastimaduras, las piernas adormecidas y estaban aturdidos.