Estas situaciones se repiten a diario, y el valor de las mujeres que salen a contarlas es muy importante para entender que la sociedad está ante un problema complejo y que es tiempo de dejar de mirar para otro lado.

El sufrimiento de Nadia, una bailarina y acróbata de Río Segundo además de mamá de un chiquito de dos años, quedó expuesto en un relato espantoso.

Con un arma cortante le rompieron la ropa, mientras la golpeaban y ella se resistía: una vez que vieron la imposibilidad de perpetrar la violación arrojaron al nene al río para luego darse a la fuga. Con valentía se repuso y se lanzó al agua para rescatarlo.