Un verdadero monstruo. Así podemos definir a esta jueza, Alejandra Claudia Velázquez, quien durante seis años fue la titular del Juzgado de Familia primero de Pilar, y que ahora carga con graves acusaciones en su contra. 

La primera y principal: se la acusa de vender adopciones. Hay profundas irregularidades en cuanto a los trámites de adopción, bajo la sospecha de recibir dinero y regalos a cambio de beneficiar a parejas ricas instaladas en countries de la Zona Norte.

Esta sospecha estalló luego de que la jueza hubiera pedido una lista de espera de padres con nombres y apellidos a un organismo porteño, lo que disparó las dudas de la Corte bonaerense.

Por eso, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios en La Plata, presidido por el titular de la Suprema Corte e integrado por legisladores y conjueces suspendió a Velázquez.

"Se aprecia una alteración del sistema de preferencias por orden de tiempo y características en las fechas, también una alteración de registro de orden de chicos en situación de ser adoptados. Aparece gente que en muy pocos meses se lleva un bebé. También, el caso de dos hermanas que se llevaron bebés para cada una con muy poco tiempo de diferencia", expresaron fuentes cercanas a la causa.

Pero hay un detalle aún más estremecedor que dio a conocer personal de su juzgado: "Habría ofrecido a trabajadoras sociales del Cuerpo Técnico del Tribunal a su cargo, que visitaran por barrios carenciados de la zona de Pilar a cambio de una retribución económica, para dar con mujeres embarazadas que no pudieran hacer frente a la crianza de sus hijos, ya que numerosos matrimonios acaudalados de los countries de la zona pagarían convenientemente por dicha tarea". Los empleados del Juzgado afirmaron que se negaron a hacerlo.