El gobierno de la Ciudad parece haber llevado su odio a la educación pública a otro nivel y ahora manda a la policía, de noche, a la casa de las familias de los pibes que están tomando escuelas en la Ciudad para “notificarlos”.

Claramente es una situación de amedrentamiento. Si sólo quisieran notificar se podría hacer por otro medio o al menos en otro horario pero la avanzada no sólo es un mensaje para su electorado sino también para el interior del partido y una manera de Larreta de demostrarle a PAtricia Bullrich que no es un tibio.

Para lograr eso es capaz de hacer este tipo de manifestaciones innecesarias que recuerden a las épocas más oscuras del país.

El hecho puntual es que varias de las familias cuyos hijos participan de las tomas de las escuelas en reclamo de mejoras edilicias y viandas dignas recibieron la visita de la policía en un hecho que sólo puede perseguir el amedrentamiento.

En respuesta a esta actitud casi dictatorial otros colegios se sumaron a la toma.