Pasan los años y cada vez son menos los que vivieron en la época de Eva Perón. Pero su figura sigue volando a través del tiempo, como esos héroes trágicos que mueren jóvenes y a toda máquina, como estrellas fugaces.

Los astros del rock tuvieron esa tradición de vivir rápido y morir jóvenes, como signo de una época donde se podían mezclar el Che Guevara y Jim Morrison como imágenes de rebeldía y deseo.

Pero Eva es de la época dorada del cine, los cincuenta, que dejaba atrás la segunda guerra mundial y quería hacer un mundo nuevo.

Eva fue todo en una persona. Un mito. Una diosa con altares en hogares pobres. Una mala palabra en casas de familia de rugbiers.

Un sentimiento, una bandera.