Se trata de Mike, un australiano que presumió ante los medios tener un micro-pene de apenas siete centímetros de largo, en estado de erección. Ahora, arrepentido de su reputación, hipotecó su casa para agrandarse el pene a través de una costosa cirugía.


Su pene le trajo varios problemas psicológicos, como el hecho de no tener confianza en sí mismo y estar deprimido la mayor parte del tiempo. El tema sexual también se convirtió en un gran problema.


Ahora, Mike anunció que se está sometiendo a una serie de procedimientos quirúrgicos para agrandar su pene. La primera intervención ya fue realizada, donde le injertaron grasa cutánea que finalmente le provocó reacciones negativas, aunque esto no le hará rendirse.


El procedimiento le costará 110.000 dólares y para cubrir todos estos gastos decidió hipotecar su casa. El hombre dice que no tiene nada que ver con la vanidad, sino más bien es una cuestión de autoestima y hombría.


Mike asegura que tener un pene chiquito le afectó mucho. Por ejemplo, en el colegio nunca quiso jugó un partido de fútbol porque le daba miedo entrar al vestuario y bañarse junto a sus compañeros. Sentía una gran humillación. Además, destaca que la sociedad presiona mucho sobre el tamaño del pene, así como lo hacen con los pechos de la mujer.


El hecho de no haber tenido sexo después de la cirugía no le permite saber a ciencia cierta si todos su esfuerzos por tener un pene más grande están funcionando, por lo que tendrá que tener un poco de paciencia.


Por su parte, Mike recomendó a todos aquellos "pitos chicos" que no se desesperen y que busquen ayuda de un profesional para poder superar sus frustraciones.