Karl Kreile y Bodo Mende se convirtieron el domingo en los primeros homosexuales en casarse en Berlín. "Esto no cambia mucho la situación para nosotros porque no vamos a adoptar ningún niño, pero es altamente simbólico: ahora somos una pareja como las demás", sostiene Kreile, de 59 años.

"Es un bonito paso hacia delante, pero el Estado debe continuar la lucha contra la homofobia y la transfobia y también, a nivel internacional, trabajar por el final de la penalización de la homosexualidad", declara Mende.

Por su parte el alcalde de Berlín, el socialdemócrata Michael Müller sostuvo: "Estoy encantado de que nuestra ciudad acoja una de las primeras uniones homosexuales para lo que, más allá de los debates abstractos, es una medida igualitaria: lo que está en juego es la felicidad de personas muy concretas con sus deseos y sus esperanzas, sus sentimientos y sus necesidades".

"Estamos contentos de que cese la discriminación de Estado contra los gays y lesbianas este domingo", dijo Jörg Steinert, responsable berlinés de la Asociación de Gays y Lesbianas.

Pero no todo es alegría, por un problema de actualización informática del programa utilizado por la ciudad de Berlín en los formularios administrativos, una persona debe aparecer por fuerza como "hombre" y la otra como "mujer".

La ley sobre el matrimonio homosexual, votada el 30 de junio, modificó el código civil definiendo la boda como "una unión de por vida entre dos personas de sexo diferente o idéntico".

Cabe destacar que la Canciller Angela Merkel votó en contra pero eso no impidió que se debatiera el texto en el Parlamento y dio libertad de voto a sus diputados, privando así a los socialdemócratas de un tema con el que podrían haber atacado a la funcionaria durante la campaña electoral.