Grigori Karasin, viceministro de Asuntos Exteriores ruso, señaló que su país esta indignado con Kiev por las acciones punitivas que lleva a cabo en el sureste de Ucrania.

Por este motivo, Moscú llamó a la comunidad internacional a presionar a Kiev para que renuncie al uso de la violencia en el sureste del país, donde las autoridades ucranianas se proponen continuar la operación de castigo contra los bastiones prorrusos.

“Son necesarias urgentes medidas de presión sobre las autoridades de Kiev para poner fin a su línea criminal. La tragedia de Odessa, donde murieron decenas de jóvenes, consternó al mundo entero”, aseguró Grigori Karasin, viceministro de Asuntos Exteriores, a la agencia oficial ITAR-TASS.

El diplomático aseguró que Rusia está “indignada” con Kiev por no cumplir “ni uno” de los acuerdos alcanzados el pasado 17 de abril en Ginebra, “en primer lugar, la renuncia al uso de la fuerza en su propio país”.

“Los ultranacionalistas campan libremente por el sur, lo que es absolutamente inadmisible. Expresamos nuestras condolencias a las familias de los muertos en Odessa, Slaviansk y Kramatorsk”, dijo el funcionario.

El presidente ruso, Vladímir Putin, está en permanente contacto con los dirigentes de otros países para encontrar una salida a la crisis, mientras "las autoridades ucranianas abordan la situación de manera irresponsable e incompetente", agregó.

El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki Moon, exigió este sábado una investigación rápida por la muerte al menos 36 personas durante enfrentamientos ocurridos en la ciudad de Odesa, al sur de Ucrania.