Según los resultados oficiales difundidos esta madrugada por la Comisión Electoral, al terminar el escrutinio de casi el 100% de los votos emitidos, el Likud obtiene 29 escaños, y el Campo Sionista 24, resultado que revalida a Netanyahu al frente del gobierno israelí por tercera vez consecutiva y cuarta en su carrera política.

El ánimo en el búnker oficialista se hizo notar en los eufóricos militantes del Likud, que tiraban papelitos al aire al conocerse las primeras cifras de las bocas de urna.

"Bibi" Netanyahu enfrentó exultante un público bullicioso y alegre, que celebraba el resultado obtenido con una campaña tajante centrada en la consigna "Ellos o nosotros", que se leí­a todo el tiempo como telón de fondo electrónico.

Acompañado por Sarah, su mujer, después de superar sucesivas oleadas de aplausos y gritos, dijo a sus "queridos amigos" que "contra viento y marea logramos una gran victoria del Likud", declarándose vencedor antes del conteo final de votos.

Y cerró con una consigna que se convirtió en uno de sus arietes preelectorales: "Jerusalén estará en nuestra manos hasta la eternidad". El actual premier ya habí­a afirmado, un día antes de las elecciones, que durante su mandato no habría Estado palestino.

Netanyahu parece haber crecido con su agresiva campaña que siguió hasta los minutos finales del dí­a de la elección. Debido a ese empujón nacionalista y derechista, parece haber cosechado votos de los asentamientos en Cisjordania, donde hace pie su aliado Neftali Bennett, que hasta ahora parece haber obtenido 9 bancas.

Los comicios, que transcurrieron con normalidad, ofrecerá sus resultados finales, según el portavoz de la Knesset (parlamento) Yuli Edelstein, el viernes 20.