El acuerdo fue celebrado el jueves en Ginebra por los jefes de la diplomacia de la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, quienes junto al ministro de Asuntos Exteriores ucraniano en funciones, Andréi Deshitsa, acordaron una "hoja de ruta" para bajar los decibeles de la crisis que atraviesa Ucrania, que amenaza con derivar en una guerra civil y un conflicto de envergadura imprevisible en la región.

Mientras que Obama calificó como "prometedora" la hora de ruta acordada en Suiza, el canciller ruso Serguéi Lavrov dijo que se trata de un avance "muy importante" hacia la paz en la región.

Sin embargo, los separatistas prorrusos de Donetsk, en el este del país, que declararon su separación de Ucrania y se autoproclamaron 'República Popular', se niegan a deponer las armas, uno de los términos de la hoja de ruta acordada en Ginebra.

Así lo indicó Denis Pushilin, líder de la 'República Popular de Donetsk', quien afirmó este viernes que sus hombres no cumplirán el acuerdo y que "perseverarán" en su lucha por la autonomía de la región, lo que pone en jaque lo resuelto por la UE, Estados Unidos y Rusia.

Es que para Pushilin, el canciller ruso Sergei Lavrov "no firmó nada" en representación de los habitantes de Donetsk sino por el gobierno de Moscú, dado lo cual no tiene el alcance deseado por las potencias que suscribieron el acuerdo.

Si bien dicha hoja de ruta prevé que los grupos prorrusos se desarmarán y pondrán fin a la ocupación de edificios gubernamentales en el este de Ucrania, dejando a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE) la supervisión del acuerdo, el líder de Donetsk anunció que sus milicias abandonarán los edificios gubernamentales ocupados cuando el gobierno de Kiev haga lo mismo.