La Policía y el Ejército de Hungría descargaron gas lacrimógeno contra refugiados sirios que esperan en la frontera con Serbia para poder ingresar a la Unión Europea.

Las imágenes de la represión son lamentables y reflejan la forma en que son tratados, en una situación que sigue sin resolverse.

Fue en el muro que inmigratorio en el que los refugiados aguardan para ingresar al país de la unión europea.

Según la versión de la Policía húngara varias personas "agresivas" habían logrado romper la cerca de los puestos fronterizos. "La Policía está tomando medidas legales y proporcionadas para proteger la frontera del Estado de Hungría y la frontera exterior de la Unión Europea", ha declarado el organismo en un comunicado, informa Reuters.

Los refugiados han recorrido miles de kilómetros de Irak, Siria y Afganistán entre otros países; algunos no han comido desde hace días, otros gastaron hasta 8.000 euros en el viaje en la dramática búsqueda de alejarse de la guerra. Muchos de los refugiados, la mayoría, son profesionales; entre ellos destacan médicos y profesores entre otros oficios.

Hungría cerró su frontera con Serbia antes de la medianoche de este lunes, cuando, según lo previsto, debían entrar en vigor las enmiendas a la legislación que contemplan endurecer de manera significativa los controles fronterizos.