Decenas de refugiados llegaban desde Serbia a pie y tenían la intención de marchar hacia Budapest por el costado de la ruta, cuando fueron interceptados por la policía.
Según los medios locales, los agentes intentaron convencer a las familias y a aquellos que venían con niños a ser trasladados en ómnibus al campamento de refugiados de Röszke.
Pero el resto de los hombres se negaron y entonces los agentes utilizaron la fuerza contra ellos. Según los informes la policía lanzó gases lacrimógenos, después de que los inmigrantes les lanzaran algunos objetos contundentes.
Luego de que este episodio se hizo público, varias organizaciones de derechos humanos enviaron un comunicado al gobierno para respetar la integridad de los inmigrantes que cruzan la frontera.
"La situación de Röszke tiene que resolverla el Estado, junto con las organizaciones internacionales", afirman y piden que en lugar de criminalizar a los refugiados los acogan según los estándares básicos humanitarios.

Decenas de refugiados llegaban desde Serbia a pie y tenían la intención de marchar hacia Budapest por el costado de la ruta, cuando fueron interceptados por la policía.

Según los medios locales, los agentes intentaron convencer a las familias y a aquellos que venían con niños a ser trasladados en ómnibus al campamento de refugiados de Röszke.

Pero el resto de los hombres se negaron y entonces los agentes utilizaron la fuerza contra ellos. Según los informes la policía lanzó gases lacrimógenos, después de que los inmigrantes les lanzaran algunos objetos contundentes.

Luego de que este episodio se hizo público, varias organizaciones de derechos humanos enviaron un comunicado al gobierno para respetar la integridad de los inmigrantes que cruzan la frontera.

"La situación de Röszke tiene que resolverla el Estado, junto con las organizaciones internacionales", afirman y piden que en lugar de criminalizar a los refugiados los acogan según los estándares básicos humanitarios.