El activista argentino y Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, estuvo en Brasil, donde denunció el intento de golpe de Estado contra la presidencia Dilma Rousseff, lo que generó un revuelo en la oposición que respalda el juicio político contra la mandataria.

El coordinador del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) visitó la Cámara de Senadores, tras ser recibido por Dilma en el Palacio del Planalto, donde condenó: “Esto es un golpe de Estado encubierto, un golpe blanco como ya se hizo en Honduras o Paraguay, la misma metodológica que no necesita de Fueras Armadas”.

En este sentido, Pérez Esquivel insistió en hacer un llamamiento “para que no se interrumpa el proceso constitucional brasileño”, ya que alertó que esto “sería un daño no solo para su pueblo, sino para toda América Latina”.

El activista explicó que "la metodología del golpe blanco incluye al descrédito generado por los medios de comunicación" para justificar cargos contra la presidenta.

Una vez en el Senado federal, el Nobel de la Paz volvió a insistir en el intento de “golpe”, y comparó la situación en Brasil con la destitución de los presidentes Manuel Zelaya de Honduras y Fernando Lugo en Paraguay.

"Espero que salga lo mejor de este recinto para el bien de la democracia y la vida del pueblo de Brasil", expresó el dirigente de derechos humanos.

Una vez fuera del edificio, Pérez Esquivel fue repudiado por los opositores. El senador Ataídes Oliveira, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), dijo que fue un ataque "a la soberanía" brasileña.