Después de que la oposición, encabezada ahora por el vicepresidente Michel Temer que quedó en el país, intentara que Dilma Rousseff no dejara Brasil, ésta viajo a la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el marco del acuerdo global sobre el cambio climático.

Este jueves por la tarde, Rousseff denunciará el golpe de Estado que está en proceso en su país "donde está amenazada la democracia”.


En una conferencia de prensa ofrecida a corresponsales extranjeros, la Presidenta de Brasil alertó que no se trata realmente de un "impeachment, sino un golpe de estado y una tentativa de elección indirecta". Y agregó: "Es un golpe, porque está revestido de un pecado original: no tiene base legal que caracterice un crimen de responsabilidad", y remarcó que se trata de una actitud de "venganza".