El motín que tuvo lugar el pasado domingo en la Lee Correctional Institution de la localidad de Bishopville, en Carolina del Sur,  ya es considerado uno de los más sangrientos del último cuarto de siglo en Estados Unidos.

La pelea interna entre dos pandillas dejó un saldo de siete presos muertos y otros 17 heridos- con diversa gravedad- tras varias horas de descontrol. 

A pesar de la masacre, todos los guardias y las autoridades de la prisión lograron mantenerse a salvo. Pero ahora, uno de los presos presentes en la zona de la revuelta dialogó con AP y relató la furia de la pelea en la que los cadáveres se multiplicaban. 

"Los cuerpos estaban apilados uno arriba del otro, como en una macabra pila de leños", aseguró un recluso que decidió mantener el anonimato para evitar represalias. 

Diversos vídeos que circularon en las redes sociales muestran regueros de sangre y presos que se burlan de heridos y fallecidos, la mayoría de ellos a punta de cuchillo. 

El preso que habló con AP aseguró que las bandas tenían en su poder elementos que suelen estar prohibidos y que desde las autoridades de la prisión no hicieron lo suficiente para parar y controlar la matanza de varias horas. 

La Lee Correctional Institution, con una capacidad para 1.600 detenidos, fue construida en 1993 para albergar a prisioneros violentos y a aquéllos con problemas de comportamiento.