En diciembre de 2016, la expresidenta de Corea del Sur pidió perdón después de que se aprobara su destitución y ahora el Tribunal del Distrito Central de Seúl la condenó a 24 años de prisión. 

Park Geun-hye y su amiga Choi Soon-sil, conocida como la "Rasputina", fueron condenadas por la creación de una extensa red de favores para extorsionar a grandes empresas locales como Samsung, Hyundai o Lotte.Park fue acusada de 18 cargos de corrupción, incluidos soborno, abuso de poder y filtración de secretos estatales, y en 16 de ellos fue declarada culpable.

La política de 66 años es el primer caso de un jefe de Estado surcoreano destituido en democracia, cuyo cese motivó un adelanto electoral que deparó en mayo del año pasado la victoria del liberal Moon-Jae-in.

La fiscalía había pedido para ella 30 años de prisión y el pago de una multa de 118.500 millones de wones (90 millones de euros/95 millones de dólares).
 
"La acusada abusó de la autoridad presidencial delegada por el pueblo de este país y esto dio como resultado un gran caos en términos de orden público y gestión estatal", dijo el juez Kim Se-yun durante la lectura del veredicto, informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.

Y agregó: "A pesar de todos estos delitos, la acusada negó todos los cargos contra ella, no mostró ningún arrepentimiento y presentó una actitud incomprensible al echar la culpa a Choi y otros funcionarios. No puedo más que declarar a la acusada responsable de sus delitos". 

La exmandataria, que durante toda su carrera política había cultivado una imagen de incorruptible y transparente, también fue declarada culpable de los cargos relacionados con la creación y administración de una lista negra de artistas considerados críticos con su gobierno, a quienes se les negaron subvenciones estatales.

El ingreso de una hija de Choi en una exclusiva universidad derivó en una serie de acusaciones sobre favores políticos y tratos preferenciales, lo que gatilló sospechas sobre el comportamiento de la "Rasputina", que fue condenada a 20 años de prisión. 

El escándalo se multiplicó cuando, en octubre de ese mismo año, apareció una computadora de Choi en la que una serie de fotos y documentos archivados evidenciaban hasta qué punto la empresaria ejercía influencia sobre Park y las decisiones de Estado, pese a no poseer ningún cargo público.

En febrero pasado, Lee Jae-yong, el magnate heredero del todopoderoso grupo Samsung, salió de la cárcel luego que la justicia rebajara y suspendiera su pena de cinco años de prisión por haber participado del mayor escándalo de corrupción que afectó a la élite política y económica de ese país.