En una fecha de júbilo para el universo de la Iglesia Apostólica Romana, el Papa Francisco dio en el día de hoy su mensaje a los fieles. 

El tradicional mensaje Urbi et Orbi (A la ciudad y el mundo) de este año incluyó un repaso por la agenda internacional, a la que el Sumo Pontífice suele estar particularmente atento como lo demostró también en sus palabras luego del rezo del Ángelus donde puso el foco en los migrantes.

"Confiamos Venezuela al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano", planteó Francisco sin desconocer el gesto de Nicolás Maduro de liberar presos políticos

Francisco también renovó su reclamo de una "coexistencia pacífica de dos Estados" para Israel y Palestina, y recordó a los niños víctimas de las guerras en Siria e Irak.

"Vemos a Jesús en los niños de Medio Oriente, que siguen sufriendo por el aumento de las tensiones entre israelíes y palestinos", aseguró desde la Plaza San Pedro ante miles de fieles. 

"En este día de fiesta, invoquemos al Señor pidiendo la paz para Jerusalén y para toda la Tierra Santa; recemos para que entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo y se pueda, finalmente, alcanzar una solución negociada que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional", agregó el Papa. 

Y destacó, en italiano: "Que el Señor sostenga también el esfuerzo de todos aquellos miembros de la Comunidad internacional que, movidos de buena voluntad, desean ayudar a esa tierra martirizada a encontrar, a pesar de los graves obstáculos, la armonía, la justicia y la seguridad que anhelan desde hace tanto tiempo". 

Asomado al balcón central de la Basílica de San Pedro, Francisco aseguró también: "Vemos a Jesús en los rostros de los niños sirios, marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años".

"Que la amada Siria pueda volver a encontrar el respeto por la dignidad de cada persona, mediante el compromiso unánime de reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión a la que se pertenezca", reclamó, ladeado por el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

"Vemos a Jesús en los niños de Irak, que todavía sigue herido y dividido por las hostilidades que lo han golpeado en los últimos quince años, y en los niños de Yemen, donde existe un conflicto en gran parte olvidado, con graves consecuencias humanitarias para la población que padece el hambre y la propagación de enfermedades", añadió de frente a más de 40.000 personas que colmaron la plaza y la Vía della Conciliazione.

Francisco agregó que "vemos a Jesús en los niños de África, especialmente en los que sufren en Sudán del Sur, en Somalia, en Burundi, en la República Democrática del Congo, en la República Centroafricana y en Nigeria".

También, el obispo de Roma aprovechó para pedir por "los niños cuyos padres no tienen trabajo y con gran esfuerzo intentan ofrecer a sus hijos un futuro seguro y pacífico" y "aquellos cuya infancia fue robada, obligados a trabajar desde una edad temprana o alistados como soldados mercenarios sin escrúpulos".

En su tradicional mensaje a los migrantes, Francisco bregó por los "niños obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, siendo fácil presa para los traficantes de personas".

(Télam y AFP)