El volcán Kilauea, en Hawái, entró en erupción y la lava comenzó a salir de las gritas de la tierra en zonas residenciales provocando la destrucción de 26 viviendas. Más de 1.700 personas debieron ser evacuadas y hasta el momento no saben cuánto tiempo estarán fuera de sus casas.

Las viviendas afectadas se encuentran en la subdivisión de Leilani Estates, donde desde hace días las grietas provocadas en la tierra por el volcán expulsan rocas fundidas, gases tóxicos y el vapor.

Según informaron los medios locales, la lava se extendió por una superficie de unos 36.000 metros cuadrados en torno a la fisura volcánica más activa, aunque su avance es lento. Hasta el momento se desconoce en qué momento dejará de brotar o cuánto más avanzará.

“Hay más magma en el sistema en erupción. Mientras el suministro este ahí, la erupción continuará”, dijo Wendy Stovall, vulcanóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos.