"Nada que agradecer", la respuesta de Alberto Fernández encierra su pensamiento con lo ocurrido el año pasado en las elecciones celebradas en Bolivia cuando se produjo un Golpe de Estado para echar a Evo Morales, legítimo ganador de esos comicios.

Condenó el Golpe e inmediatamente se puso a trabajar para lograr la salida de Evo del país, y luego le dio asilo en suelo argentino.

Por eso siente que no hay nada que agradecer, que simplemente hizo lo que había que hacer. Pero que no todos hacen.