Estados Unidos y Corea del Norte han estado negociando la celebración de una cumbre entre Trump y Kim este mes o el próximo para tratar de llegar a un acuerdo que ponga fin al programa nuclear militar norcoreano, que desde hace más de 15 años es fuente de gran preocupación y objeto de una fuerte disputa internacional.

Trump, quien en días reciente ha adoptado un tono marcadamente optimista sobre la situación, dijo hoy que Estados Unidos y Corea del Norte han estado manteniendo "buenas discusiones" de cara al encuentro, que sería el primero de la historia entre los líderes de los dos países. 

"Se nos ha dicho directamente que ellos querrían celebrar la reunión lo más pronto posible. Creemos que eso es algo grandioso para el mundo", dijo Trump en la Casa Blanca junto a su par francés, Emmanuel Macron.

“Kim Jong-un ha sido realmente muy abierto y, creo, muy honorable, en todo lo que estamos viendo", declaró.

Trump admitió que Corea del Norte no ha cumplido promesas previas, pero dijo que las medidas contundentes adoptadas por su gobierno -incluyendo sanciones y una campaña de presión internacional- terminaron forzando al régimen comunista a sentarse a negociar.

El presidente, una vez más, dijo estar dispuesto a "abandonar la mesa" si las negociaciones no fueran productivas o si Corea del Norte no demostrara buena fe.

"Veremos adónde va todo esto. Quizás sea maravilloso o quizás no", señaló.

El sábado pasado, Corea del Norte anunció que cerrará la central donde realiza sus ensayos nucleares y suspenderá sus pruebas nucleares y de misiles, una decisión que Trump calificó de "gran progreso".

Sin embargo, Pyongyang no llegó a afirmar que se desprenderá de sus armas nucleares -como Trump insinuó en un tuit el fin de semana- o recortará la producción de misiles o de sus componentes.

Al ser preguntado por los periodistas que significaba su meta de "desnuclearización completa" de Corea del Norte, Trump respondió: "Significa que se deshagan de sus armas nucleares. Muy simple".

"Sería fácil para mí hacer un acuerdo simple y cantar victoria. No quiero hacer eso", agregó el mandatario.

Esta semana, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se reunirá con Kim en la Zona Desmilitarizada entre ambas Coreas en una cumbre que podría allanar el camino para el previsto encuentro entre Trump y el dictador norcoreano.

Los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte no se han encontrado nunca en seis décadas de hostilidades desde la Guerra de Corea (1950-1953).

La fecha y el lugar de la cumbre aún no han sido determinadas.

Ayer, la Casa Blanca dijo que Trump no levantará las sanciones a Corea del Norte hasta que no vea acciones concretas hacia una desnuclearización.

El año pasado, Estados Unidos sacó adelante en el Consejo de Seguridad de la ONU las sanciones internacionales más duras aprobadas hasta ahora contra Corea del Norte, en respuesta a tres ensayos de misiles de largo alcance y a su sexta y más potente prueba nuclear.

El gobierno de Trump sumó a esas restricciones una serie de penalidades unilaterales contra compañías que habían comerciado ilegalmente con Corea del Norte.

Este año, Kim viró del enfrentamiento a la diplomacia y, según Corea del Sur y China, manifestó su compromiso con la desnuclearización.
Aún existe incertidumbre sobre lo que podría pedir a cambio Corea del Norte, que hasta ahora ha acompañado ofertas previas de desnuclearización con la exigencia de que Estados Unidos retire los miles de soldados que posee en Corea del Sur desde la Guerra de Corea. Washington ha rechazado esto siempre.

En una aparición posterior ante la prensa, Trump ignoró hoy una pregunta de la prensa sobre por qué describía como "honorable" a Kim, quien ha sido acusado de matar de hambre a su propio pueblo, de ejecutar a rivales políticos y de ordenar el asesinato de miembros de su propia familia.

El elogio a Kim marca un fuerte contraste con la retórica belicosa que Trump había usado hasta no hace mucho cuando se refería al líder norcoreano.

Además de calificarlo de "hombrecito cohete" en la Asamblea General de la ONU del año pasado, Trump amenazó con descargar "fuego y furia" sobre Corea del Norte y advirtió a Kim por Twitter que su "botón" nuclear era más poderoso que el suyo en Pyongyang.