El incidente por el cual el ministro de Defensa británico, Michael Fallón renunció al gobierno de Theresa May sucedió hace 15 años, cuando en una cena posó su mano sobre la rodilla de la periodista Julia Hartley-Brewer. Admitió el hecho por el cual pidió disculpas y dimitió a su cargo. 

“Un número de alegaciones han salido a la luz en días recientes sobre diputados, incluidas algunas sobre mi conducta pasada”, dice el ministro de Defensa en su carta de dimisión dirigida a May. “Muchas de estas han sido falsas pero admito que en el pasado he estado por debajo de los estándares altos que requerimos de las fuerzas armadas a las que tengo el honor de representar”.

La primera ministra valora la “seriedad” con la que Fallon llevó adelante durante su gestión y el “ejemplo particular” que supone su decisión.

No es la primera acusación que sale a la luz contra quienes forman parte del Gabinete de May, como tal es el caso de Damian Green, acusado de conducta inapropiada por una militante conservadora, Kate Maltby. También un secretario de Estado del ministerio de Comercio Internacional, Mark Garnier, figura entre los nombres de una lista de 40 diputados conservadores, acusados de acoso sexual o conducta inapropiada. 

Este miércoles por la tarde, en la sesión semanal de preguntas a la primera ministra en el Parlamento, Theresa May ha convocado a los líderes de los demás partidos para debatir sobre el escándalo, del que tampoco se libra el partido Laborista. Esta misma semana, Bex Bailey, de 25 años, que perteneció al Comité Ejecutivo Nacional de la principal formación opositora, ha revelado que fue violada durante un acto del partido en 2011 y que un alto cargo del mismo le recomendó que no lo hiciera público porque podría perjudicar su carrera.

Fuente: El País