En un informe, el periodista Mariano Beristain lo explica con  números sencillos. El aumento de precios, que erosiona el poder de compra de los trabajadores, beneficia a los supermercados. 

"Si deducimos la inflación, las ventas Resulta que en enero las ventas reales bajaron un 3,2%", cuenta Deristain en un informe. 

Mientras los consumidores padecen las subas de precio, un puñado se beneficia del achicamiento del bolsillo.