Todos los 3 de mayo se celebra en la Argentina el Día de la Milanesa, una fecha que como consecuencia de las políticas del macrismo se festeja de forma parcial, ya que el popular plato se ha convertido en todo un lujo por el fuerte aumento de la carne.

De acuerdo a la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), sólo en 2018 la suba de la cerna fue del 39,1 por ciento y en estos casi cuatro meses de 2019 el incremento fue del 15 por ciento, mientras que se espera un aumento del 10 en los próximos meses.

“Desde hace seis meses que el consumo bajó muchísimo, la situación es por demás crítica”, explicó Miguel Schiariti, presidente de la Ciccra, según publica Diario Popular, y añadió: “En los primeros meses de este año la caída fue fuerte, porque tuvimos dos inundaciones graves, lo que se tradujo en una suba de precios significativo que recién se equilibró a mediados de abril”.

Respecto a la nalga, uno de los cortes característicos para hacer milanesas, el salario mínimo en febrero de 2015 era de 4.716 pesos y el kilo de nalga era de 85,05, según el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (IPCBA), es decir, que se compraban 55 kilos de ese corte. En febrero de este año, el salario mínimo era de 11.300 pesos (hoy es de 12.500) y el kilo de nalga estaba 268,13 pesos, es decir que se compraban 42 kilos.

Fuente: Diario Popular

Esta suba de los precios se da en un contexto en el que los argentinos bajaron su consumo no solo por los costos, sino también porque ahora deben destinar muchísimo más dinero a pagar servicios que cada vez son más caros, mientras que los salarios suben muy por debajo de la inflación.

El último informe de la Ciccra mostró cómo el consumo per cápita de carne vacuna en el primer trimestre del año descendió 13,4 por ciento respecto al mismo período del año pasado al llegar a los 50 kilogramos. Este valor está incluso muy por debajo de los 58 kilos que se llegaron a consumir en 2002, producto de la crisis económica desatada post devaluación de la moneda.

“El consumo sigue bajando, la situación está muy dura y es imposible trabajar; no hay poder adquisitivo, pero los únicos que no lo entienden son las autoridades del Gobierno; si esto sigue así, en dos meses no queda nadie porque no hay venta”, lamentó Alberto Williams, presidente de la Asociación de Propietarios de la Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires.