El Real Madrid, sin mostrar todo su potencial, pasó por arriba a San Lorenzo en la final del Mundial de Clubes. Puede haber sido por jerarquía o por la poca insistencia en buscar el gol por parte de los "azulgranas", pero las grandes diferencias entre un equipo y el otro quedaron en evidencia en esta final.

"El Cuervo" perdió 2 a 0 el partido con el que tanto soñó y seguro que lo que más le duele es que los goles hayan sido de pelota parada y por un error del arquero Torrico. Sergio Ramos abrió el marcador tras un córner en el final del primer tiempo.

Gareth Bale definió con un remate débil, que pasó por debajo del cuerpo del arquero del "Ciclón" cuando el segundo tiempo recién comenzaba. Dos golpes de nocaut, en los momentos justos para que el equipo de Edgardo Bauza no atinara ni siquiera a soñar.

Fue bueno el planteo de San Lorenzo en los primeros minutos. Bien cerrado en el fondo, Real Madrid no podía entrarle y hasta empezaba a mostrar desesperación con remates desde media distancia.

Eso sí, "el Ciclón" ni se acercaba al arco defendido por Iker Casillas, casi un espectador privilegiado en la noche de Marrakech. Ni en desventaja San Lorenzo fue a buscar con convicción.

Apenas en el final, Casillas voló por dos remates desde afuera del área de Kalinski y Mercier. Ingresaron Romagnoli y Matos, pero por Verón y Cauteruccio, pero Bauza no arriesgó más, quizá por temor a perder por una diferencia mayor.

Sólo en los 10 minutos finales salió a buscar el descuento como para tener una ilusión, esa ilusión que se le apagó al "Ciclón", al que nadie la saca esa alegría por lograr su primera Copa Libertadores, ni por disputar la final del mundo contra el Real Madrid.