El hecho ocurrió el día del inicio de las clases en la provincia, pero tomó estado público por estas horas: la víctima fue el director de la Escuela Técnica Nº 3 "Víctor Mercante" de Hurlingham, Gabriel Rodríguez, quien al llegar a su auto vio que se lo habían rayado y que le habían dejado una nota intimidatoria.

Es que, justo ese día, en esa escuela se llevó a cabo un acto oficial en el establecimiento educativo, en el que estuvieron el viceministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk; el ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, Eduardo Aparicio, y el concejal kirchnerista Juan Zabaleta, que enfrentó a Acuña en las últimas elecciones y se perfila como candidato a disputarle la intendencia en 2015.

"Estoy hace 21 años en esa comunidad y jamás tuve ningún hecho de violencia", dijo el director de la escuela, advirtiendo que el hecho se produjo "justo cuando viene el viceministro" para "la entrega de subsidios reales que llegaron para la escuela, y en un acto oficial".

Casi simultáneamente, el concejal de Nuevo Encuentro Adrián Eslaiman denunció que "en los últimos días recibió una carta documento por parte del intendente Luis Acuña donde lo intima a retractarse por hablar de la inseguridad en el distrito", según reza un comunicado de prensa del partido de Martín Sabbatella, aliado al Frente para la Victoria.

"Entendemos que la carta de Acuña no es solo un acto de amedrentamiento contra un concejal, sino que constituye un hecho político mucho más grave, que es el intento de censurar y amedrentar a todo aquel que se anime a plantear diferencias políticas con el intendente (Acuña), un ataque a la libertad de expresión y  un hecho institucional gravísimo para la democracia", se advierte en el comunicado.

Desde que Acuña se pasó al Frente Renovador, los hechos de violencia y amenazas no se detuvieron. El más grave lo sufrió el concejal Miguel Quintero, que abandonó al acuñismo para continuar como edil del FPV: al hacerse pública su decisión, le prendieron fuego su auto, estacionado a metros del Concejo Deliberante.

Para los sabbatelistas, "los permanentes agravios y descalificaciones a dirigentes políticos y concejales opositores, las patotas que amenazan a quienes alzan una voz disidente en el Concejo Deliberante y la persecución que sufren algunos vecinos que no se animan a denunciar este accionar, forman parte de una práctica inadmisible para la paz y la convivencia democrática en una sociedad".