El buen bebedor sabe que si quiere evitar una posterior jaqueca, es prudente no mezclar distintos tipos de bebidas espirituosas durante la noche. Sergio Massa, quien ya ha experimentado las consecuencias de combinar candidatos de distinta cepa, en otros años, se encuentra por estos días ante las puertas de un potencial dolor de cabeza.

La semana pasada, la diputada nacional y titular del partido GEN, Margarita Stolbizer admitió que está "más cerca" de Massa que de Mauricio Macri. "Estamos en un espacio común que es la oposición", dijo. Y por si el guiño no fuera lo suficientemente claro agregó que la posibilidad de compartir lista con el líder del Frente Renovador "no es disparatado". Con estas frases, la figurita progresista anhelada por el PRO terminó de marcar distancia con la Rosada.

Sin embargo, no todo es color de 'margaritas' para el tigrense. Los de Stolbizer pusieron un límite al tajante al posible acuerdo con el FR. "Con (Martín) Insaurralde no queremos saber nada", le dijo un operador del GEN en una reunión privada.

El rechazado intendente de Lomas de Zamora es uno de los líderes del grupo 'Esmeralda'; el espacio de intendentes anti-K del Frente para la Victoria, que algunos se animan a asociar directamente al massismo, aunque asegurar algo así es demasiado apresurado. 

Distintas fuentes fuentes consultadas por Diario Registrado, confirmaron que Stolbizer no aceptaría un eventual frente electoral que incluya al marido de Jésica Cirio, porque el lomense estaría ligado a negocios con el juego, denuncian desde el GEN. Este escenario pone a Massa en el dilema de tener que elegir entre dos caminos que, al menos por ahora, parecen conducir a destinos alejados. 

Sobre los pros y los contras de cada alternativa, en un primer golpe de ojos podría pensarse que la imagen positiva de Margarita le aporta más votos a Sergio que los que podría sumarle Martín. Pero una encuesta del mes de septiembre arrojó que hubo un descenso de 4 puntos en la intención de voto de la dupla Massa-Stolbizer (20%) respecto a agosto, que "es más relevante si se tiene en cuenta que en julio el exintendente de Tigre sumaba en soledad entre 26 y 27 puntos", destacó la consultora Dicen.

Por otro lado, dejar afuera a Insaurralde, hoy implicaría además perder también a sus aliados, a saber, Juan Zavaleta (Hurlingham), Martín Katopodis (San Martín) y Mariano Cascallares (Brown).

Los esmeraldos tampoco dejan de moverse, incluso cuando se ausentan. El faltazo de estos jefes comunales al encuentro del Federación Argentina de Municipales (FAM), que este jueves eligió como presidenta a Verónica Magario (La Matanza), es parte de un acuerdo con el oficialismo. Cambiemos ordenó la misma jugada a para sus mandatarios locales, al igual que los del Frente Renovador. El ninguneo de la elección de Magario no cayó nada bien en el Frente para la Victoria. En cualquier caso, estos movimientos anticipan la ruptura de la FAM. 

Dejar a la libre a Insaurralde también podría acarrear otro riesgo. Hay un dirigente bonaerense -que también tiene nombre de flor, como Margarita- y que todavía no entró en la medición de las encuestas. La candidatura de este exministro nacional podría darle forma a un tercer sello peronista que dividiría todavía más el voto opositor.