Un informe publicado en la revista Nature Communications, en la que han participado expertos del Departamento de Genética, Microbiología y Estadística y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB) y del Centro de Regulación Genómica (CRG) indica una nueva forma de entender cómo evolucionaron los vertebrados y, entre ellos, los seres humanos. 

Una antigua mutación, probablemente posterior a la separación de las medusas y anémonas de mar y anterior a la aparición de los vertebrados fue la que “afectó un gen de la familia FGFR -receptores del factor de crecimiento de fibroblastos-”

“Este cambio genético supuso, millones de años después, la conexión entre dos redes génicas (gen regulador ESRP y FGFR) y la creación de órganos y estructuras como los pulmones, las extremidades anteriores o el oído interno en la evolución biológica de los animales”, añade el estudio.

El especialista Jordi Garcia Fernàndez de la IBUB resaltó que "sorprende comprobar cómo un mismo gen (ESRP), mediante su papel biológico en un mecanismo básico (adherencia y motilidad celulares), se ha empleado a lo largo de la escala animal con fines muy diversos: desde formar el sistema inmunológico de un equinodermo hasta el labio, los pulmones o el oído interno de la especie humana".

Y agrega: “El nuevo descubrimiento confirma como es de versátil la evolución biológica: partiendo de una base con las mismas herramientas génicas, se puede llegar a construir una cabaña de madera o todo un rascacielos”. 

La investigación es una nueva aproximación a la evolución de los vertebrados desde la biología evolutiva del desarrollo (evo-devo).}

EFE