"A nuestro criterio y el de muchos, es lo más avanzado en impresión 3D relacionado con prótesis en el mundo. Es innovador porque nadie hizo una prótesis impresa en 3D casi idéntica a la otra mano", dice Gino Tubaro, investigador de sólo 19 años al diario La Nación.

El nuevo diseño es hiperrealista, basado en el escaneo de la mano del paciente (previo a la amputación), con movimientos bioidénticos, más flexible y hasta sumergible. Cuesta un promedio de 2000 pesos contra los 40 mil dólares que suele salir este tipo de prótesis.

Luego de intentar juntar dinero a través de crowdfunding, a fines del año pasado,  Rodrigo Pérez Weiss gestionó el apoyo del INTI y el programa Argentina en 3D a través de la Jefatura de Gabinete nacional.

De esta manera lograron bajar los tiempos de producción y que la prótesis tuviera el efecto pinza, para poder sujetar una botella, papeles o cualquier elemento.Además cambiaron la estética de la mano utilizando un material biodegradable, flexible, más similar a la piel.

También se sumaron tres personas al equipo: Gastón Corti, Francisco Gerardi y Nicolás Candiano. El invento tendrá licencia abierta para beneficiar a la mayor cantidad de pacientes.