Sucedió el pasado martes por la noche, momento en que Claudio Adrián Sánchez, de 28 años, murió tras recibir un disparo por parte del policía Víctor Hugo Carrizo cuando paraba su moto junto al cordón de una vereda en San Miguel de Tucumán. El hecho ocurrió cuando el agente escuchó la alarma de la moto, se acercó al joven en cuestión, lo llevó detrás de una columna pensando que estaba robando el vehículo y le disparó a quemarropa en el cuello.

Sánchez quedó tendido en el piso herido de gravedad y minutos más tarde fue trasladado de urgencia al Hospital Padilla, donde murió en la mañana de este jueves.

El ruido de la alarma de la moto llamó la atención de los vecinos de la zona, quienes acusaron a Sánchez de intentar robarla. De todas adelante se comprobó que el vehículo era de él.

Cuezzo debió presentarse ante la justicia en el marco de la investigación del asesinato, donde se excusó señalando que “Sánchez se levantó la remera y sacó un arma de fuego que tenía en la cintura". De esta manera, el agente justificó el uso de su arma reglamentaria.

Por su parte, Omar, padre de la víctima, contó a los medios locales que "la moto le pertenecía y la estaba empujando hasta su casa porque se había quedado parada en la esquina". Además, argumentó que "tenía un arma registrada a su nombre por distintos hechos de inseguridad que sufrió para cuidar a su familia, ya que era padre de dos bebés".

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