Tras la sanción del gobierno porteño a la maestra jardinera y a la directora del jardín al que concurría Agustín Marrero, asesinado a golpes por su padrastro, la comunidad educativa del jardín Nº 2 de Flores se manifestó para defender a las docentes sancionadas con el argumento de "no haber dado aviso de las heridas que presentaba el niño" cuando concurrió la última vez al establecimiento educativo.

Por su parte, Alejandra Bellini, a cargo de la sala Naranja a la que concurrió Agustín, aseguró que "el niño jamás dio evidencias de que estaba viviendo una situación de violencia en su casa", añadiendo que que "hubo algunos episodios, pero todos fueron aclarados por la mamá del niño, quien presentó los certificados médicos correspondientes".

Por ejemplo, relató que "cuando llegó sin dientes, primero pensamos que se le había caído como es habitual en los niños de su edad; después Agustín nos contó que los había perdido porque se cayó en la bañera. Le pedimos a la mamá que dejara asentado en el acta de la escuela ese incidente y presentara el el certificado médico correspondiente. El documento que trajo a la escuela estaba firmado por un odontopediatra", detalló Bellini.