Peritos y funcionarios judiciales reconstruyeron este domingo el crimen de la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez, ocurrido el 15 de julio pasado en el barrio porteño de Almagro, tras lo cual uno de los abogados de la querella, Julio Cisterna, consideró que el próximo paso será el "procesamiento" del único imputado, Lucas Azcona.

Julio Cisterna, uno de los abogados de la familia de la víctima, dijo hoy que en el transcurso de la semana serían llamados a declaración testimonial algunas de las personas mencionadas en la causa.

Además, Azcona será sometido a pericias psiquiátricas por parte de los médicos del Poder Judicial, quienes podrán revelar así si el acusado es insano e inimputable o puede afrontar el juicio y ser condenado.

"Y luego, me imagino, se dará el dictado del procesamiento con prisión preventiva y la calificación definitiva de la causa", dijo Cisterna.

Los peritos y funcionarios judiciales realizaron en la madrugada de esta domingo la reconstrucción del caso en la zona donde la estudiante chilena fue ultimada de 11 puñaladas cuando llegaba a su casa.

"La reconstrucción fue esclarecedora porque puedo reconstruirse de forma bastante cercana los hechos, cómo fue la secuencia, los últimos minutos. Por ejemplo, cuando muchacho llegó a la avenida Rivadavia y se limpió las manos (como se ve en las cámaras de seguridad de la zona)", explicó Cisterna.

La querella afirmó que "está cerrado" el caso del asesinato luego de que el estudio de ADN determinara la semana pasada que un rastro de sangre encontrado en el lugar del crimen es de Lucas Azcona.

"El ADN es concluyente y se suma al resto de las pruebas que hay contra Azcona. Eso determina que el acusado estuvo en la escena del crimen. Para nosotros el caso está cerrado", dijo Cisterna el viernes.

En la calle Don Bosco al 4200, donde la estudiante fue asesinada el 15 de julio pasado de 11 puñaladas, se encontraron otras manchas de sangre que se sospechó que eran del atacante, quien cuando apuñaló a la víctima se lastimó la mano.

Esa sangre se comparó con el ADN de Azcona y dio positivo, y se sumó a las declaraciones de dos empleadas del trabajo del acusado que dijeron que ese día fue al trabajo con una de sus manos ensangrentadas.