La autopsia sobre el cuerpo de Luciano tiene por objetivo principal confirmar si la causa de su muerte fue un accidente de tránsito y si presentaba lesiones previas al presunto accidente, ocurrido el 1 de febrero de 2009.

Durante la autopsia que se llevará a cabo en la Morgue Judicial del Cuerpo Médico Forense de esta Capital Federal, situada en calles Viamonte y Junín, también se tomarán muestras para realizar los estudios de ADN que permitirán confirmar que se trata del adolescente ya que por ahora sólo fue identificado a través de sus huellas dactilares.

En principio, el juez federal de Morón a cargo de la causa, Juan Pablo Salas, tenía previsto ordenar sólo estos estudios pero debido a que el cuerpo exhumado no se encontró en tan mal estado también se realizará la autopsia.

Según las fuentes, de la operación participarán especialistas del Cuerpo Médico Forense, dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y del Equipo Argentino de Antropología Forense, que ya trabajó en la exhumación del cuerpo realizada el miércoles pasado.

A pedido del fiscal federal de Morón, Sebastián Basso, también estará la reconocida perito Virginia Creimer, integrante de la Dirección de Apoyo Técnico a la Investigación Penal (DATIF) de la Procuración General de la Nación, quien colaborará en determinar si el cadáver presentaba lesiones previas al accidente de tránsito.

Luciano tenía 16 años cuando el 31 de enero de 2009 fue visto por última vez y su familia denunció su desaparición, la cual siempre vinculó al accionar de policías bonaerenses.

Es que el joven había estado detenido en el destacamento de la localidad de Lomas del Mirador el 22 de septiembre de 2008, donde su hermana, Vanesa Orieta, escuchó que fue torturado porque se negaba a robar para la Policía.