Una corte de apelación egipcia condenó este lunes a dos años de cárcel al doctor que mutiló a una niña, al entender que cometió homicidio imprudente.

La práctica de la ablación de clítoris está prohibida en Egipto desde 2008 sin embargo se sigue realizando por muchas familias que tienen la costumbre y la creencia de "estar haciéndole un favor a la menor".


La pequeña Soheir al Bata, era oriunda de un pequeño pueblo del Delta del Nilo,y en junio de 2013 fue llevada ante el médico  Raslan Fadl, famoso en la aldea por mutilar a las niñas por un módico precio. Horas después de la operación, Soheir murió por una sobredosis de anestesia.

Si bien en un primer momento la familia de la menor decidió denunciar al médico, luego se retractaron y entonces fueron varias organizaciones defensoras de los derechos de la mujer las que tomaron el caso y denunciaron que los padres habían sido sobornados.

En noviembre de 2014, la justicia absolvió tanto al doctor como al padre sobornado pero finalmente ante la apelación,  el nuevo fallo condenó a ambos. El médico fue condenado a dos años de prisión más una multa de 500 libras egipcias (unos 50 dólares) por haber practicado la ablación. Su consultorio médico fue cerrado mientras que el padre de la menor recibió una  pena de tres años de cárcel suspendidos, que se ejecutarían si obliga a otra de sus hijas a verse sometida a una ablación.

La mutilación genital femenina está tipificada como delito en el Código Penal egipcio desde 2008, con penas que van desde los tres meses a los dos años de cárcel y multas de entre 1.000 y 5.000 libras egipcias (de 120 a 600 euros). Los datos de Unicef revelan que hubo una disminución en la práctica pero Egipto sigue ostentando el funesto récord de mujeres sometidas a la ablación, seguido de Etiopía y Nigeria.

Según el último informe de 2013 de la agencia de las Naciones Unidas para la infancia, 27,2 millones de egipcias sufren este tormento, un 91% de la población femenina en edad fértil. La práctica está ligada a la tradición cultural, porque tanto musulmanas como cristianas son víctimas de la decisión de las familias.

Qué es la ablación del clítoris femenino

La ablación suele realizarse con la primera menstruación de las niñas. En algunos casos sus familias plantean motivos de "higiene" y en otros que "de otra forma sus futuros maridos las rechazarían".

Si bien es más común que este tipo de prácticas se realicen en medios rurales en las ciudades tampoco están exentas.  Además de lo violento, sexista y nefasto de la práctica también se dan casos de muertes por insalubridad.

Muchas niñas son mutiladas con navajas o cuchillos sin filo sin ningún tipo de precaución médica.

Entre las "nefastas justificaciones" de esta práctica se encuentran:

Sexuales: a fin de controlar o mitigar la sexualidad femenina.

Sociológicos: se practica, por ejemplo, como rito de iniciación de las niñas a la edad adulta o en aras de la integración social y el mantenimiento de la cohesión social.

De higiene y estéticos: porque se cree que los genitales femeninos son sucios y antiestéticos.


De salud
: porque se cree que aumenta la fertilidad y hace el parto más seguro.

Religiosos: debido a la creencia errónea de que la ablación genital femenina es un precepto religioso. La ablación se practica principalmente a niñas y adolescentes de entre 4 y 14 años. No obstante, en algunos países la ablación genital femenina se practica a niñas menores de 1 año, como por ejemplo, en Eritrea y Malí, donde la práctica afecta, respectivamente, a un 44 y un 29% de estas niñas.

Las personas que practican la ablación genital femenina son generalmente comadronas tradicionales o parteras profesionales, se lo considera un servicio muy valorado y muy bien remunerado económicamente, por lo que es fácil inferir que el prestigio en la comunidad y los ingresos de estas personas puedan estar directamente ligados a la práctica efectiva de la intervención.

La ablación genital femenina causa daños irreparables. Puede acarrear la muerte de la niña por colapso hemorrágico o por colapso neurogénico debido al intenso dolor y el traumatismo, así como infecciones agudas y septicemia. Muchas niñas entran en un estado de colapso inducido por el intenso dolor, el trauma psicológico y el agotamiento a causa de los gritos.

(Fuente Unicef)