La Organización Mundial de la Salud recomienda que el nivel de ruido promedio no supere los 30 decibeles y estima que en el caso de que exceda los 90 durante más de ocho horas puede provocar daños auditivos en las personas.

Según el último estudio, a toda hora en la Autopista 25 de Mayo, donde circulan más de 100 mil autos por día, hay 97 decibeles y Pedro Barragán tiene que convivir con ese ruido infernal a tan sólo 50 metros de su casa.

Su batalla judicial para reducir el ruido y los malestares físicos y psíquicos que le provocan tanto a él como a cientos de vecinos, la inició en 2001 cuando denunció a la Ciudad a que presente un plan para cambiar la medida.

En enero de este año, la Justicia porteña obligó a la empresa AUSA, que depende del Gobierno porteño, a presentar un estudio de impacto ambiental y un plan de adecuación para realizar las obras necesarias para reducir los ruidos que emiten los autos que pasan por la autopista 25 de Mayo.

"La ciudad nunca presentó un estudio de impacto ambiental. En cualquier ciudad del mundo hay pantallas anti-ruido", explicó en declaraciones al programa "Séptimo Día" que conduce Daniela Ballester por Radio 10, Pedro Barragán.

"Hace 14 años que estamos en esta lucha. Y todo es a raíz de la desidia y trabas que puso el gobierno de Macri para no cumplir con el fallo judicial", agregó el vecino.

Asimismo, aseguró que el ruido no sólo genera molestia sino que también "problemas auditivos, para conciliar el sueño, taquicardias y problemas de salud constante".