“Sí, me enamoré de él por televisión”, señaló sonriente Meyer a BBC Mundo desde Weingarten, una ciudad de 24.000 habitantes en el sur de Alemania donde Herrera acaba de llegar tras participar junto con el resto de los mineros en una audiencia con el Papa.

“Nuestra historia se basa en su persistencia. Mucha gente trató de acercarse por Facebook, mucha, mucha, mucha gente. Pero ella fue la diferencia. Ella insistió. Yo nunca creí en el amor cibernauta. Pero ella me cambió”, cuenta Herrera que al principio miró con desconfianza a la alemana que le hablaba con un parco español por chat.

“Soy muy perseverante”, admite Meyer. “Y al principio sólo quería saber si la impresión que yo había tenido de él era la correcta, si no me había equivocado. Y no. Era tal como lo imaginé”. Meyer quedó impactada cuando vio salir a Herrera de la mina y abrazar a su madre mientras la consolaba y le decía que lo peor ya había pasado.

Luego de idas y vueltas a la distancia, chats y una relación que fue creciendo;  Herrera y Meyer, se casaron en Chile en un programa de televisión, el año pasado. Ahora le tocó viajar a él a Alemania a conocer los pagos de ella.

“No me gusta viajar, no soy de aviones. Con la delegación es más fácil, porque estamos todos juntos. Pero me tuve que venir solo, sin saber inglés. Imagina lo que me costó y lo asustado que estaba. Pero estoy en Alemania y vengo a conocer a la familia”, cuenta Herrera.