El delincuente, Juan Carlos Ortega, decidió ingresar a una casa pero al intentar salir lo hizo a través de una pequeña abertura que tenía la reja que cubría una de las ventanas de la casa pero le salió mal y quedó trabado.

El ladrón, cuando se dio cuenta de que había quedado atrapado, se desesperó y uno de los hierros lo lastimó a la altura del tórax, lo cual lo dejó inmovilizado.

Así, Ortega permaneció varias horas hasta que a la mañana siguiente la empleada doméstica lo encontró y llamó a la Policía y a los Bomberos.