El informe “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018”, realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), arrojó oscuros datos de la realidad actual del país. 

Este grupo de organizaciones que dependen de la ONU elaboraron un informe donde marcan el aumento por tercer año consecutivo de personas con hambre, sobre todo, en la República Argentina. 

La Argentina es -junto a Venezuela y Bolivia- el país donde más creció la cantidad de personas subalimentadas durante 2015-2017, mientras que en el lapso de 2013-2015 estas cifras habían bajado. 

Según la FAO, la situación de “inseguridad alimentaria grave”, que en el trienio 2014-2016 aquejaba a 2,5 millones de personas en la Argentina, en el trienio 2015-2017 la padecen 3,8 millones (del 5,8% al 8,7% de la población total).

“Una de las principales causas del alza de la malnutrición en los grupos de población especialmente vulnerables son los cambios que viene sufriendo  el ciclo de los alimentos desde su producción hasta su consumo”. Los efectos adversos de esta transformación los sufren sobre todo los sectores más excluidos de la sociedad, que muchas veces deben optar por productos con alto contenido en grasa, azúcar y sal, ya que tienen menor costo.