Se llama Cristian Quillotay, tiene 30 años, y es profesor de química de nivel secundario en el Instituto Nuestra Señora de Luján de Lomas de Zamora. Preocupado por la gran cantidad de alumnos desaprobados en el último examen, se le ocurrió confeccionar un álbum de figuritas para el recuperatorio.  

“Había tenido una gran cantidad de desaprobados y eso no me dejaba dormir”, contó en nota con Telefé, en donde explicó que “los chicos estaban re contentos, estaban felices, participaron de manera muy activa”. 

Y concluyó reflexionando sobre qué no hay que abandonar las maneras convencionales de la evaluación. “Cuando se enfrenten a la trayectoria académica se van a encontrar con que los van a evaluar de forma convencional y no hay que malacostumbrarlos”.